jueves, 10 de septiembre de 2015

2. EL FANTASMA DE CANTERVILLE Y OTROS CUENTOS: Carta a la infanta

Lima, 10 de septiembre del 2015

Apreciada infanta de España:

¿Cómo se encuentra usted? Espero que muy bien su excelencia. Sé que lo que diré a continuación le parecerá un desvarío y muy probablemente me mande a azotar con su tío don Pedro de Aragón o me mande a matar en una corrida de toros, pero tenía que expresar mi gran disgusto ante un acontecimiento que tomó lugar en su cumpleaños.
Usted fue criada con muchos valores, conocimientos y sanas convicciones; sin embargo, a la hora de tratar a algún desconocido o alguien que no pertenece a la misma condición social que posee usted o algún desperfecto físico, parece no hacer uso de los modales y todo lo que aprendió con sus institutrices. Si bien es cierto, aún no ha madurado del todo, no considera los sentimientos de los demás respecto a cómo los hace sentir con su comportamiento, tal vez aún no sepa que el “bufón” al que usted encantó con su manera de prestar atención a cada baile que él hacía, murió por pensar que en realidad a usted le había agradado e inclusive que estaba enamorada locamente de él, me refiero exactamente al enano.
“-Esto es soberbio –dijo la infanta, después de una pausa-, pero ahora debes bailar para mí.” (p. 107). Sin duda alguna allí usted no sabía que unos minutos antes él se había visto en un espejo y comprendió que los gestos que usted hizo no fueron más que para despreciarlo, mediante las risas por parte de sus amigos y usted cuando le tiró la rosa que él guardó con tanto cariño y amor en su regazo, tal vez la única muestra de afecto que recibió en toda su vida.
Solo me queda algo por decir, “Trata a los demás como te gustaría que a ti te traten” para evitar posibles inconvenientes en un futuro próximo. De todos modos te agradezco por hacer que recuerde que todos somos iguales y tenemos sentimientos a los cuáles respetar.

Hasta otra oportunidad,
Carolina


1. EL FANTASMA DE CANTERVILLE Y OTROS CUENTOS: Carta a Virgina

Nueva York, 10 de septiembre de 1886
Querida Virginia:



Ha pasado ya mucho tiempo desde que te mudaste a Canterville Chase, la última vez que nos vimos fue cuando te despedías de mí en el muelle de Nueva York para irte a Inglaterra con un nuevo futuro por delante. Déjame decirte que te he extrañado un montón y recibo cada carta con mucha felicidad y entusiasmo.
Me alegra que pronto te vayas a casar, por todo lo que me dijiste del duque de Chesire parece ser maravilloso y que se llevarán muy bien estando juntos el resto de sus vidas. Me parece algo muy curioso el hecho de que haya habido un fantasma en Canterville Chase, y más aún que a pesar de eso tu padre haya comprado la propiedad; sin embargo, si nada de eso hubiese sucedido, no habrías conocido al Duque cuando le ganaste a Lord Bilton una carrera a caballo.
No me pareció correcto que les hayas ocultado a tus padres que el fantasma de Canterville estaba usando tus óleos para restaurar la mancha de sangre de la biblioteca todos los días, ya que tu hermano la limpiaba; sin embargo, sabiendo quién era el que causaba todo esto te mostraste impresionada por los sucesos acontecidos en Canterville Chase. Siento que de alguna forma mediante esa impresión tratabas de hacer sentir mejor al fantasma, sin duda alguna siempre respetabas su presencia y sus tradiciones sin imponértele como tus hermanos cuando le lanzaron almohadas sabiendo que se podía hacer daño y cuando Washington borraba la mancha de sangre todos los días. También tus padres le hicieron daño con su muy extraño sentido del humor respecto a los intentos del fantasma para asustarlos, me pareció cruel por su parte burlarse tan estrepitosamente mediante los ofrecimientos de productos nuevos para “ayudarlo”.
De ti aprendí a saber respetar a los demás con sus tradiciones por más raras que sean, y que lo moderno no siempre es sinónimo de mejor, también que puede haber una sana convivencia entre los dos sin ningún problema. Indudablemente tu gesto de amor hacia el prójimo se vio reflejado hacia el fantasma y estoy segura de que debe estar agradeciéndote desde su eterno descanso.
Espero oír pronto de ti en otra de tus cartas y que vivas muy feliz a lado del Duque.

Mis mejores deseos,

Carolina




martes, 8 de septiembre de 2015

2. 36 KILOS : Carta a Regina

Querida Regina:

Es un placer volver a escribirte, y espero que te estés recuperando, estoy muy feliz, porque sé que estás mucho mejor con gente que comparte tus mismos problemas y recibiendo apoyo profesional. Lamento que hayas tenido que pasar por esto y no haberme dado cuenta para apoyarte, pues sé que no pensaste que podrías llegar a ser anoréxica.
Fernanda me contó que está muy preocupada por ti, y comparto ese sentimiento con ella, te queremos mucho y esperamos poder apoyarte en este proceso y que la distancia no sea obstáculo para mantenernos en contacto, continuar y fortalecer nuestra amistad. Sé que cometiste muchos errores en tu pasado, te tomaste muy enserio la opinión de los demás y te dejaste influenciar por los estereotipos de belleza, déjame decirte que en realidad eres muy bella y no necesitas cambiar para agradar a los demás. Alejarte de las personas que más amas no es la solución, Fernanda inclusive llegó a sentir que era un obstáculo para tu objetivo, y tus padres nunca se dieron cuenta de cómo estabas cambiando, debes de comprenderlos, ellos trataron de demostrar su amor dándote cosas materiales, aunque no haya sido lo mejor.
Sé que las notas son muy importantes, ya que hoy en día hay demasiada competencia, pero no son lo primordial. Eres inteligente y creo que fue algo innecesario estudiar más de lo que debías, tus padres te presionaron a ello, pero no te lo tomes tan a pecho, eras buena estudiante después de todo. Presionar a otros solo te hizo ver egoísta, hacer una dieta no daña al cuerpo, pero eso es algo que tú decides y no puedes darle órdenes a los demás para que hagan lo mismo, Fernanda no tenía tanto tiempo como tú para hacer ejercicio o dietas, ella trabajaba para pagar su baile de graduación y parece que no lo tomaste en cuenta, ya que de todos modos te enojaste con ella, mostrando otra vez tu egoísmo.
La primera vez que Manolo fue a tu casa se pasó de la raya; sin embargo, después, consciente del tipo de persona que era, seguiste detrás de él. Regina, una cosa es amor y otra enamoramiento, lo que sentías ni siquiera se acercaba a enamoramiento, era solo atracción. Si no tienes novio a tu edad está bien, no es algo de importancia; sin embargo, seguiste con tu capricho.
Creo que aún hay tiempo para que retomes la relación con tus padres y entiendas que ellos siempre quisieron lo mejor para ti, tal vez es hora de que tomes la iniciativa hablándoles. Te recomendaría que te disculpes con Fernanda, ya que a ella le afectó mucho más que a tus padres tu cambio radical, inclusive dice que va a “pausar” su vida, ya que tú pausaste la tuya. Espero que puedas arreglar eso.
Me enseñaste a que debo luchar por cumplir mis metas, pero a tenerlas bien definidas, a no dejarme llevar por la desesperación si es que no logro cumplirlas y a tomar toda situación con la debida seriedad que amerita. Escríbeme pronto, estaré contenta de oír noticias sobre ti.

Hasta otra oportunidad,
Carolina.


1. 36 KILOS : Carta a Fernanda

Querida Fernanda:

He querido escribirte desde hace ya mucho tiempo, me contaste sobre la situación con tu amiga Regina y es normal que te preocupes por ella, ya que prefieres lo mejor para ella, eso es verdadera amistad. Creo que Regina solo trata de ser aceptada por la sociedad, hay que aceptar que hubo un tiempo en el que también quisiste ser aceptada y es por esto que te propusiste como objetivo trabajar para pagar tu fiesta de graduación, ella también se propuso un objetivo, bajar de peso. Sé que se está comportando de una manera distinta a la que acostumbraba ser. Supongo que lo que más te preocupa es que aún no haya llegado a su meta, y cabe resaltar que nunca mencionó detalladamente cuantos kilos quería bajar.
Definitivamente si hubiese estado en la misma situación que tú, hubiese hecho lo mismo, tratar de ayudar a mi amiga.
Fernanda, si bien es cierto que aún no has elegido que hacer en un futuro después de tu graduación; debo decirte que es muy importante que lo vayas pensado, ya que de eso depende si la vida te va a tratar bien. No es tan difícil como parece, por lo que me has contado -también por lo que leí- eres muy dulce con las personas, tratas de hacer que se sientan bien con ellas mismas y te gusta ayudar; en mi opinión, creo que serias una buena psicóloga, así podrás ayudar a Regina con sus problemas e inclusive a más personas. No puedes solo pausar tu vida, debes seguir adelante, Fernanda aún eres joven y puedes tener muchos triunfos por delante, pero si no lo intentas perderás mucho tiempo después lamentándote.
Ánimo Fernanda, aún eres joven y puedes darle buen rumbo a tu vida. Deberías proponerte nuevas metas, tienes posibles triunfos por delante y creo que desperdicias mucho tiempo estando triste por lo que le sucedió a tu amiga, a parte creo que ya es hora de que te propongas nuevas metas. Las únicas metas que te propusiste en tu vida como adolescente -libro- fueron estas: Mostrarle lo que sentías a Pablo, pagar tu fiesta de graduación y bajar de peso con Regina. Si bien es cierto que solo cumpliste dos de estos, créeme que puedes proponerte otros objetivos y tendrás mejores resultados. Sé que lo que pasaste fue difícil, pero tu vida es más importante, por el mismo hecho de que es "tu vida". Creo que sabe sabes a lo que me refiero, le diste mucha importancia a Regina y te olvidaste de ti misma.
Me parece algo ilógico, y me hace recordar a una de las frases de mi abuela: “Si Pedrito se tira del puente ¿Tú también te tiras?” Entonces yo también te quiero preguntar lo mismo: “Si Regina decide pausar su vida ¿Tú también lo harías?”. Aunque es un hecho de que Regina no va a pausar su vida, pues tendrá muchos logros durante su recuperación, como amarse a sí misma tal y como es, mejorar como persona. Por esto creo que lo mejor sería que cuando ella vuelva, mire que has progresado y cumplido otros objetivos, no sé, tal vez estar estudiando en la universidad o trabajando con un buen fin, ayudando a los demás y siguiendo con tu vida; pero, si es lo opuesto y ve que no has progresado nada, se sentirá culpable el resto de su vida.
Por lo que me has escrito – he leído – tu vida giraba en torno a la de Regina, pero no te dabas cuenta de que podías encontrar mejor amistad en tu propia madre, ya que ella nunca te abandonará y si te da consejos será única y exclusivamente para tú bien.
Sin más que decir, me despido y te agradezco haberme enseñado tanto en tu libro, puede que imite algunas actitudes positivas tuyas, como la de tratar de ayudar a los demás, claro que sin quitarle importancia a mi vida.

Hasta pronto,
Carolina